Solitario tal vez, solo jamás. Vivir cada día implica más que respirar, andar y pensar. Entre latido y latido, más que exhalar suavemente. Implica darse cuenta de que debemos vivir en un mundo con otros y que nuestra soledad es imposible. Debemos hacer algo para unirnos con los demás. Es ahí en donde entra el lenguaje, medio humano de comunicación por excelencia. El lenguaje es aquello que nos remite a los demás en comunidad, es aquello que nos aleja de nuestra soledad y autosuficiencia, nos permite ser con otros y no, únicamente, por nosotros mismos, crea vínculos simbólicos y crea conciencia común y vital. Es aquello que nos da libertad porque nos permite ser, nos permite crear y vivir plenamente. En síntesis, el lenguaje nos hace humanos en nuestra totalidad, rompe nuestras ataduras ante los demás y ante el mundo. Sin el lenguaje simplemente existiríamos, no viviríamos.* Texto resumen para el curso de Lenguaje I
